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12 de octubre de 2022No importa cómo los ordenen, todos aman un buen cóctel. Han inspirado a líderes mundiales, artistas famosos, poetas, fiestas de alta sociedad y la creatividad de barmans profesionales. El cóctel se ha fusionado con nuestra cultura popular, histórica y literaria, volviéndose tan icónico como los hombres y mujeres que los inmortalizaron. Después de todo, ¿puedes imaginar a Churchill o a Hemingway sin sus cócteles en la mano? ¿Te preguntas de dónde proviene tu bebida favorita?; ¿el Manhattan se inventó allí?; ¿de dónde es el Mojito?; ¿quién fue Tom Collins?; ¿el Mai Thai es realmente hawaiano? Desde el clásico Martini hasta el menos conocido Singapore Sling, te invito a conocer cosas que no sabías y que a muchos van a sorprender.
Hoy descubrimos uno que esconde una historia un poco siniestra que no te dejará indiferente: el Bloody Mary.
Mas allá de leyendas urbanas sobre una niña fantasma en el espejo o historias vampirezcas, la verdadera historia detrás del Bloody Mary es también oscura y desafortunada. El saber popular dice que la bebida original, que incluso entonces era algo más que partes iguales de zumo de tomate y vodka, era utilizada como una cura para la resaca. Fue inventada por el compositor y productor George Jessel. Èl contaba que inventó el cóctel una mañana en Palm Beach, en los años ´50, cuando se le ocurrió mezclar zumo de tomate, limón, tabasco, salsa Worcestershire, sal y pimienta; para recuperarse después de pasar una noche entera bebiendo. Y decidió bautizarlo con el peculiar nombre de “Bloody Mary” ya que el color resultante y su explosivo sabor, le recordaron a la Reina Maria Tudor, conocida con el sobrenombre de “Maria la sanguinaria”. Debido a la promoción que Jessel solía hacer de sí mismo, muchos escépticos buscaron en otra figura el origen del Bloody Mary, y acabaron liberando una leyenda que involucraba a un barman del St. Regis Hotel de Nueva York, llamado Ferdinand “Peter” Petriot.
Pero, ¿qué le pasaba a esta tal Mary? La Reina Mary I de Inglaterra siempre había rechazado y resentido la enemistad con Roma y el Papa que su padre el Rey Henry VIII había instaurado, con su subsecuente establecimiento de la iglesia anglicana surgida del protestantismo. Ahora ella, como poseída por una obsesión, intentaba devolver a Inglaterra hacia el catolicismo romano. Esta empresa era lograda por la fuerza, y cientos de líderes protestantes fueron ejecutados, entre ellos John Rogers, y el arzobispo de Canterbury: Thomas Cranmer, quienes eran responsables de la impresión de la Biblia. Corría el año 1555, cuando ambos fueron quemados en la hoguera junto con los ejemplares de la Biblia que habían conseguido imprimir. Cientos más les seguirían, condenados bajo el “crimen” de ser protestantes, y otros cientos huirían en lo que se llamó el exilio mariano; durante el sanguinario reinado de terror de Mary. Esto le valió a la reina el título de “Bloody Mary”.
Impresiona un poco, ¿no? No te pierdas la próxima entrega sobre cócteles en el Blog, y ¡ponte en contacto si te gustaría añadir algo y participar!