
Manifiesto «YO CLIENTE»
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14 de noviembre de 2022El mundo pastelero y todo lo que acompaña a tu café
Desde hace unos años vivimos un boom de la pastelería: primero fueron los donuts; luego los cupcakes; el baklava árabe; más reciente los mochi japoneses, los dorayakis o los sorprendentes bombones y madalenas hechos con té matcha.
Pero no te amedrentes, si eres de los que adora “sucar”, están las opciones como los churros, los melindros, las cañas y el sin fin de pastas que nos encantan desde siempre. Permitido ser tradicional. Quédate con lo típico, seguro disfrutarás igual. O, por qué no, combinar ambos mundos, un día nos ponemos en «modo tradicional», luego otro día salimos a investigar y otro volvemos a lo conocido, en fin, permitirnos hacer de todo.
Cuando lo dulce se combina con café
El mundo del café se está pareciendo cada vez más al mundo del vino. Y el arte -y placer- de aprender sobre productos buenos y con qué combinarlos es precisamente de lo que va este post: un buen maridaje. Si ciertos vinos casan mejor con determinadas comidas, ¿con qué combinarías un buen café para aumentar y elevar tu experiencia cafetera gourmet? Toca afinar los sentidos con información y práctica. Vamos allá.
¿Cómo encaramos la cata?
En un anterior artículo explicamos cómo es una cata profesional, vamos ahora con otra forma de catar, si no eres frikie del mundillo. Este es un proceso muy subjetivo y personal. Estará sujeto a características nuestras tan propias como las fisiológicas: sentido del olfato, nivel de sensibilidad, si eres hombre o mujer (las mujeres suelen ser mucho más sensibles que los hombres para esto); también habrá puntos de tu boca que reaccionan más a lo ácido, lo dulce o lo amargo según como seas. Y luego habrá otros factores muy influyentes, como los emocionales: la conexión que tenemos impresa en la memoria ligada a la cocina de la infancia es tan potente que, si de niñ@ veías a tu mama o tu abuela haciendo buñuelos de canela y pasas, no importa cuánto tiempo haya pasado, si tropiezas con la misma receta de adulto, te enamorarás.
Si es diferente para cada quien, primero habrá que conocerse
En este apasionante proceso son muy importantes las imágenes que nos vienen a la mente. A las personas que son más visuales les podrán llegar imágenes de, por ejemplo, una playa desierta, un oasis del desierto o un bosque tropical. A aquellos que sean más olfativos les llegarán notas de otoño, tierra húmeda, cítricos, vainilla, mango, cacao…; y finalmente, los que sean más kinestésicos directamente SENTIRÁN las texturas de lluvia, piedras bajo pies desnudos, la sal del mar, el tacto de una madera o la suavidad del terciopelo. Como decía, precisamente lo bonito acerca de esto es que es algo muy personal.
Entonces, basándonos en estas imágenes, nos vamos a dejar llevar hacia una elección casi inconsciente para casar el café con una en especial de las opciones dulces que se nos presenten. ¿Será algo más cítrico como la naranja o la lima, será algo más ácido como los frutos rojos, la manzana verde o las ciruelas… algo más amargo como el cacao puro, o tirará más a las avellanas y las almendras porque las notas nos llevan a los frutos secos?
Cata para principiantes
Antes hablábamos de los sentidos y el primero que posiblemente entre en acción será la vista: qué aspecto tiene ese café, que colores y texturas nos revela su crema. Luego daremos paso al olfato. Pon tu mano sobre la boca de la taza y deja escapar todo ese aroma por una ranura por la que vas a oler… mmmm, la gloria. Finalmente llegará el turno del gusto, para lo que vamos a sorber dejando entrar aire junto con el primer sorbo de café, igualito como hacen los que saben de vinos. Dejamos que ese primer sorbo se pasee por todas las zonas de la boca antes de tragar. Y a partir de allí será cuando prestaremos atención a todo lo que nos ha quedado en boca, que se desplieguen los aromas y sabores en esa danza maravillosa donde se encuentran, se conocen y se enamoran la boca y el cerebro. Y a ver qué historia nos cuenta ese café.
Un buen maridaje: chocolate y café
Desde aquel día en una cafetería de Colombia en que me pusieron una deliciosa chocolatina con el espresso, nunca más me olvidé de la gloria de esa combinación, y siempre que veo un postre que la incluya sé que no me va a decepcionar. Desde los bombones rellenos de café hasta los helados, pasando por las versiones de cappuccino que se atreven con chispas de chocolate, seguro que encuentras entre ellas tu combinación favorita.
Sin olvidar este otro: café + leche + dulce
Para gustos los colores. Habrá quien le parecerá ideal combinar un café con leche con un postre que use otro producto lácteo en su elaboración (como el tiramisú o un cheese cake, por ejemplo), y habrá quien preferirá «cortarlo» buscando un contraste con algo más cítrico, como un lemon pie, un pastel de manzana o un crêpe de frutos rojos.
Conclusión
Habrá ocasiones en que estés frente a un expositor lleno de cosas tan deliciosas y variadas que te cueste decidirte, y habrá otras en casa en que unas ganas locas de encender el horno te hagan abrir todos los recetarios que tengas en búsqueda del postre perfecto para ese momento.
A partir de que conoces mejor el café que estás eligiendo, y a partir de que te conoces mejor a tí mismo, ya cuentas con más información para sacar mejor partido de la experiencia multisensorial que nos ofrece un café excelente, un ambiente agradable, y por qué no, una compañía inmejorable. El arte está en saber combinar.
Y así nos despedimos hasta el siguiente post amigos, ser dulces y felices.
Gracias.