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15 de septiembre de 2022Empezando por una pista te contamos que si aun no te suena esta denominación es porque en España, la figura del barista no está tan extendida como en Italia (de aquí el origen de la palabra) o Portugal, donde es muy frecuente que haya una persona dedicada exclusivamente a la máquina de café. Aquí se usa más formar a los camareros para que dominen la máquina y logren un buen café en taza, que no es tan simple como podría parecer.
Es el profesional especializado en el café de alta calidad, que trabaja creando bebidas basadas en él, usando diferentes tipos de leches, esencias o licores. Y poniendo cuidada atención en la presentación: un verdadero espectáculo conocido como “latte arte”. Para ser un buen barista se necesita experiencia, ser capaz de distinguir los diferentes tipos de cafés para llegar a una determinada mezcla, o saber resaltar las características de un origen único. Para ello ha de conocer los procesos de tostado, la calidad del agua, así como los diferentes formas de preparación.
“Latte Arte”
Latte arte: si bien cuando más se aprecia su calidad es cuando degustamos un café solo, para un barista, la leche es de gran importancia ya que muchos consumidores acostumbran añadirla al café y requiere mucho cuidado en su manipulación para luego hacer latte arte. Todos hemos visto alguna vez esos maravillosos dibujos que consiguen estos artistas de la taza, vertiendo tan diestramente la leche en el café y consiguiendo esas texturas caprichosas que nos dejan atónitos.
Cultura y café
El barista es el conocedor de la cultura del café y el encargado de transmitirla. Para que se reconozca todo el trabajo que se ha hecho con el café, que no es poco, antes de que llegue nuestra taza. Por eso, el barista ha de acompañar este final del proceso con pasión, alegría, profesionalidad y conocimientos. Entonces es cuando el resultado se nota en la taza y el cliente puede tener una excelente experiencia, además de un espresso perfecto.
Así es este personaje, el último responsable de llevar a la mesa del consumidor un producto de alta calidad, consciente del trabajo tan arduo que va desde la siembra hasta el tostado. Tener este conocimiento es fundamental, quien trabaja con el café ha de saber y querer aprender cada día un poquito más. Además ha de saber sobre la máquina y su funcionamiento, el estado y la calidad del agua que circula por ella, e incluso sobre la operación del molinillo, que también tiene su importancia. El conocimiento siempre fortalece, brinda criterio y facilita la toma de decisiones.
Gusto y disfrute
Ser un buen degustador y, aun mejor, un catador de sus propias bebidas. Absolutamente necesario. Un preparador al que no le gusta probar el café está en el lugar equivocado. Un barista tiene que estar probando su espresso, tiene que saber qué esta ofreciendo en cada taza, cuál es el perfil de sus bebidas, ser crítico con sus preparaciones; probar, probar y probar. El café es una experiencia sensorial y “amorosa”.
¿Cómo ha de ser el Barista?
Un buen barista ha de ser metódico, es importante tener una técnica, detallista, ser exigente consigo mismo, observador. También curioso, darle licencias a la imaginación y experimentar, tiene que crear y divertirnos haciendo combinaciones mágicas. Carismático, el barista tiene que estar por sus clientes y darse a la gente, convidar, conectar, comunicar y vender. Ser un apasionado de su arte, de la conexión con esta bebida y su entorno. Aquí está el verdadero combustible, un entusiasta que le gusta lo que hace tiene en gran medida las condiciones para ser un gran Barista.